2.7.13

CAPÍTULO 73

La Sra. Sapicornia se sorprendía cuando a veces recibía noticias del exterior a modo de eco, pues realmente creía que nadie sabría entender sus historias. Solía ser cuidadosa al intentar expresarse sin ningún pudor a la humillación, porque nadie cuerdo, daría tantas pistas como daba la Sra. Sapicornia a la otra dimensión.
Sus pequeños dragones ya exentos de clases, disfrutaban de diversas actividades acuáticas entre otras, pues su mamá Sapicornia, los había apuntado para que se distrajeran y soltaran toda esa adrenalina acumulada por la falta de disciplina.
La Sra. Sapicornia que sentía admiración por ellos, intentaba mimarlos al máximo y asombrada, constataba el hecho de que criados por igual, tenían caracteres diferentes.
El más pequeño de sus vástagos era tan soñador... Amante de los animales como su querida mamá, la sobornaba poniendo un gesto ya trabajado y llevado a práctica con gran destreza, cada vez que quería aumentar sus amigos de compañía... 
El otro, su primogénito, aquel cachorro que un día hizo brillar la estrella que guiara los días de la Sra. Sapicornia, lo caracterizaba su saber estar.

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