8.7.13

CAPÍTULO 75

Los pájaros silbaban al paso de la Sra. Sapicornia que sin duda, se notaba que había nacido en los meses de verano. Los días de penas habían quedado atrás y nuevas historias, ya divisaban en el horizonte.
Todas las reflexiones que la Sra. Sapicornia  había estado haciendo durante tanto tiempo, obtenían sentencias. Una noche volviendo a casa, mientras se entretenía descifrando las huellas que iba encontrando en el sendero, se detuvo en seco al dar con una que se manifestaba exacta a la suya..
No puede ser... se dijo volviendo a poner sobre aquella huella su blanca pezuña... Es la misma... volvió a decir comprobando que encajaban por igual. ¿Podría ser la huella de un Unicornio? dijo asombrada.
Durante largo rato, permaneció repitiendo aquel gesto una y otra vez ratificando su hipótesis, hasta que un conejo gris llamó su atención.
Disculpe Sra Unicornia... llevo rato observando sus extraños actos y me tienen algo confuso... ¿está usted bien? dijo el conejo gris moviendo su nariz de arriba abajo.
Oh si muchas gracias Sr. Conejo… sonrió la Sra. Sapicornia mientras acompañaba la respuesta con una sonrisa forzada por la vergüenza de ser descubierta…
Ah… entonces ¿es que perdió algo?.. ¿Quizás algún adorno?  volvió a preguntar aquel cotilla Sr. Conejo.
Pues no, dijo la Sra. Sapicornia levantando su vista del suelo y mirando a la cara al pequeño animal fisgón.
La verdad es que estoy comprobando... que es una huella de Unicornio... explicó poniendo credibilidad a sus palabras con gesto filosofal...supongo que usted... puede encontrar absurdo ir comprobando huellas de otros conejos... pues todos sabemos que anda el monte lleno... pero me temo pequeño Sr., que no gozamos de la misma suerte las Unicornias… dijo mientras acariciaba la pequeña cabeza de aquel espontaneo animal.
El conejo gris levantó sus orejas pegando un salto para trepar a una piedra que lo elevara un poco más en estatura. Realmente es usted una bonita Unicornia.... no sé porque dice usted eso, no le costaría nada encontrar acompañante… dijo el conejo gris intentando ser halagador.
Muchas gracias… sonrió la Sra. Sapicornia a su inesperado y abierto participante. Pero no parece usted del valle... por aquí escasean los Unicornios… ¿acaso vio usted uno? interrogó la Sra. Sapicornia en una de  esas preguntas en las que en verdad, no se espera la respuesta ansiada.
El peludo conejo gris con apariencia de peluche comenzó a reír pegando saltos como si tuviera un muelle..

5.7.13

CAPÍTULO 74

Un extraño verano azotaba el valle. Los días no acababan  de ser estables por los continuos vientos, pero la Sra. Sapicornia encontraba esa estación como una eterna primavera. El calor que acostumbra a hacer en el valle solía ser agotador y con el exceso de humedad, costaba caminar. Esa no entrada de las altas temperaturas, hacía obligatoria la necesidad de coger algo de abrigo, pues normalmente solía refrescar cuando el sol se iba.
La Sra. Sapicornia que había topado con un especialista de la vida, aseguraba que la esencia de una autentica y lograda recuperación, consistía en reír.
Con esas palabras parecía todo sencillo, si de algo disponía la Sra. Sapicornia era de humor y aunque a veces también lo perdiera, o lo dejara ausentarse por alguna circunstancia, al acabar el día, siempre se aseguraba unas risas para alejar malos espíritus.
Había pasado algún tiempo ya, y la Sra. Sapicornia ya creía ser lo que era, un Unicornio hembra. Aunque era más sencillo cuando era Sapo pues no se tenía tanta conciencia... de la única manera que estaba aprendiendo algo, era en ese nuevo cuerpo.
Haciendo su estudio certificaba que eran escasas las relaciones verdaderas y si se ponía a contar… le sobraban muchas patas... Gatos con pájaros, ciervos con lobos, eran extrañas las uniones y eran evidentes los fracasos. En esta interminable selva de actitudes y comportamientos, los había con muchos patrones, pero para la Sra. Sapicornia, todos arrastraban una tara.
Cuando hacía sus análisis jamás se sentía mejor que otros, pero tenía un entendimiento de la vida quizás diferente al de muchos, y aunque era difícil de domar, si se estaba interesado, se ganaban su confianza.
Para llegar a ser un Unicornio debes de cambiar de estado, se acaban los rencores, se terminan las iras, se piensa en positivo y se camina erguido contando historias, además, solo pueden fusionarse con animales de la misma especie y jamás bajo ningún concepto, se dejan montar por humanos.
La Sra. Sapicornia aun intentaba distinguir entre los que iban disfrazados, o los que eran de pura raza y dejando una nube de polvo, se alejó al grito de...

2.7.13

CAPÍTULO 73

La Sra. Sapicornia se sorprendía cuando a veces recibía noticias del exterior a modo de eco, pues realmente creía que nadie sabría entender sus historias. Solía ser cuidadosa al intentar expresarse sin ningún pudor a la humillación, porque nadie cuerdo, daría tantas pistas como daba la Sra. Sapicornia a la otra dimensión.
Sus pequeños dragones ya exentos de clases, disfrutaban de diversas actividades acuáticas entre otras, pues su mamá Sapicornia, los había apuntado para que se distrajeran y soltaran toda esa adrenalina acumulada por la falta de disciplina.
La Sra. Sapicornia que sentía admiración por ellos, intentaba mimarlos al máximo y asombrada, constataba el hecho de que criados por igual, tenían caracteres diferentes.
El más pequeño de sus vástagos era tan soñador... Amante de los animales como su querida mamá, la sobornaba poniendo un gesto ya trabajado y llevado a práctica con gran destreza, cada vez que quería aumentar sus amigos de compañía... 
El otro, su primogénito, aquel cachorro que un día hizo brillar la estrella que guiara los días de la Sra. Sapicornia, lo caracterizaba su saber estar.

27.6.13

CAPÍTULO 72


Qué bonito se veía el valle y cuantas cosas se podían hacer con este clima. El compromiso que había adquirido la Sra. Sapicornia con ella misma era de no mirar atrás y aunque a veces seguía imaginando encuentros reconfortantes bajo el manto del buen tiempo, era indiscutible su realidad.
Su libreta de historias le servían para poder ser objetiva con ella misma y aunque a veces parecía rozar la obsesión por su manera de destripar las cosas, ella sabía que simplemente fue amor.
En un animal de leyendas, es obvio que sus historias sean también pasionales, pues sólo aquellos que viven la vida intensa descubren otras formas de soñar y a la Sra. Sapicornia siempre le gustaron los cuentos, pues como si no iba a ser una Unicornia.
La Sra. Sapicornia que era pura energía esos días, canalizaba la exaltación para no traicionar a su esencia, pero realmente existía un mundo excesivo donde pecar resultaba muy sencillo.
Sentados en la taberna de un viejo Lobo de mar, saciaban su sed el Sr. Hormiga Feliz y la Sra. Sapicornia aquella casi llegada noche. Contemplando el extenso abanico de apariencias que se iban mostrando de forma aleatoria, aparecían buitres con diferentes pelajes pavoneando sus extensas alas dejando claro mediante danzas, que pretendían apareamiento.
Curiosa mezcla...se decía la Sra. Sapicornia que lejos estaba de creerse un ser superior, y aunque disfrutaba del ambiente comentaba a su fiel amigo el Sr Hormiga Feliz… pero que lejos ha quedado el romance....
Estaba claro que si continuaba así, aunque simplemente fuera por estadística, daría con algún animal que le hiciera gracia con el que más tarde  poder dibujar colores en sus sombras. Para la Sra. Sapicornia la vida carecía de sentido sin amor y mucho menos sin pasión, pues seguramente lo hiciera todo sin cabeza, pero nunca sin pasión.
Probablemente seamos muchos los que nos sintamos diferentes por negarnos a vivir de otra manera, pero la Sra. Sapicornia ya había visto huellas de Unicornios otras veces. 

Estos relatos son para los que nos gusta sonreír y porque no... dramatizar también :)


26.6.13

CAPÍTULO 71

La Sra. Sapicornia  lucia agradable y chistosa esos días. Pudiera ser, que su naranja melena suavizara sus demonios y continuaba queriendo mantenerla durante bastante tiempo, si así los ahuyentaba. Aunque los acontecimientos pasados fueron oscuros y en la gran mayoría difíciles de remolcar para una Unicornio, parecía estar encontrando el camino de los fuertes, eligiendo muy bien con quien mostrarse y con quien entretenerse.
Bajo una extraña niebla de inquietantes percepciones, los sentidos de la Sra. Sapicornia andaban frescos y contemplaba su evolución como un estudio científico. De sobras sabía que todos los reflejos que anteriormente había palpado no eran más que eso, simples proyecciones del triste silencio.
El Sr. Pantera Rosa había abandonado a su conjugue y todos los días le sonaban las tripas en busca de comida. La Sra. Sapicornia observaba a su fiel amigo en sus diferentes aspectos cotidianos admirando, el poco apego que tenía por las cosas. Era de gran espíritu y no era por falta de sentimientos los que lo convertían en a veces algo frívolo, simplemente le gustaba vivir.
Las divertidas anécdotas en las que envolvía a la Sra. Sapicornia eran de agradecer, pues como si de un mono se tratase, la Sra. Sapicornia avanzaba de liana en liana sin tocar el suelo participando en la extraña visión que adoptan los lamentados que quieren resurgir.
 Con más fuerza que nunca se dejaba llevar asfixiando los decepcionantes mensajes que enviaban sin piedad, partes todavía latentes de aquel sapo que cambió a Unicornio para progresar.
La luna casi escondida, recordaba a los presentes que se hacía tarde y el Sr. Pantera Rosa y la Sra. Sapicornia, ni recordaban donde dejaron su transporte.
 Llevamos rato dando vueltas... ¿puedes reaccionar? le dijo la Sra. Sapicornia a su querido amigo algo intoxicado de elixir. ¿De verdad no recuerdas donde dejamos la bici? dijo riendo la Sra Sapicornia a la vez que intentaba obtener alguna pista de donde la dejaron aparcada.
El Sr. Pantera Rosa que burlaba las preguntas de su amiga con respuestas sin sentido, señalaba a la Sra. Sapicornia como acompañante del trayecto y a la vez cómplice de tal olvido.
Evidentemente ninguno resolvía el misterio de la gigante bicicleta blanca del Sr. Pantera Rosa y tras recorrer casi medio valle, dieron con ella como si hubiesen visto un ángel.

La mágica bicicleta con piloto automático, transportó a los camaradas a sus lechos a altas horas, donde exhaustos, cayeron en un profundo sueño.







  

24.6.13

CAPÍTULO 70

Los días de buen tiempo y fiestas, marcaban el ritmo de la Sra. Sapicornia que distraída, iba tachando los recuadros de su calendario. Aunque había muchas noches que cogía su libreta, eran pocos los relatos que veían la luz, pues demasiada información y anécdotas que debían ser correctamente hiladas.
La Sra. Sapicornia parecía mirar con otros ojos el mundo y aunque dio de bruces contra el duro suelo, parecía haber atravesado una diferente atmósfera donde las cosas no dolían tanto.
Cuanto más analizaba su alrededor, más segura estaba de seguir por el buen camino, dejándose llevar por almas de las que nunca antes reparó, por su  fatal estado crítico.
Extraña percepción tenemos a veces creyendo no ver salida ante adversidades que comparadas con la cruda realidad de muchos otros, es en apariencia absurda y carente de sentido.
A la Sra. Sapicornia le daba igual que hubiesen almas que conformasen su existencia con banales historias ausentes de magia, pues conocía de sobras el otro lado y segura, ansiaba el “muso” que despertara de nuevo su gran inspiración ahuyentando el recuerdo de falsos amores.

Conocedora de su gran corazón y sacrificio, aguardaba el momento expectante mientras susurraba cuentos divertidos a los que venían entusiasmados a escucharlos.



16.6.13

CAPÍTULO 69 (parecía buen numero)

Con los pelos de punta cogió aquella noche su pequeña libreta de lamentaciones, pues por desgracia, era en lo que se habían convertido sus cuentos.
Noooooooo! gritó la Sra. Sapicornia cuando leyó de un tirón todo lo que antes habían escritos sus largas patas blancas.. Me dan escalofríos mis propios textos.. dijo para si.. ¿que extraño poder envuelve mi cabeza cuando me siento mal? ¿acaso me obligo a tocar fondo para resurgir? será así mi naturaleza... continuaba diciendo mientras rechinaba los dientes...supongo que alguien dañado con un bolígrafo en sus manos también escribiría versos lentos... pero.. ¿tanto?  y sacudió su cabeza como expulsando demonios.
Pudiera ser... que no fueran casualidades las historias en las que se veía envuelta últimamente...pues somos muchos, los que entramos en otra dimensión ante las adversidades, pero no iba a ser la Sra. Sapicornia la que se quedara a ver la eterna oscuridad.
Como un imán, atraía cuerpos en el mismo estado de descomposición y aunque tétrico, a todos los unía lo mismo.
Llevaba días fascinada escuchando, testimonios de duendes exiliados que urgían de una luz que los guiara y aceptando el reto, aquella noche tocó campanas para formar ejercito.



12.6.13

CAPÍTULO 68

A principios de Junio y aunque había llegado tarde el calor, aquella mañana la Sra. Sapicornia salió de sus sabanas sin ese frío que le hacía retardarse en abandonar su caliente lecho.
No amaneció pletórica pues era obvio su estado y por mucho que quisiera disfrazar su verdad, a veces, le costaba respirar como si tuviese un puñal clavado en el pecho. 
Como buena Unicornía comenzó rápido a buscar la chispa que le hiciese pasar otro día más. Hoy era su fiesta semanal y como buen animal de cuentos se organizó en busca de historias.
Los más osados pueden opinar que sus llamadas escapadas fueran en busca de comida, pero no, andaba desganada..
Como si fuese a poner su alma a la venta, había decidido volver a reunir esos pedazos que rotos, formaban su reflejo, pues ahora mismo, podrían llamarla estafadora en un trueque y ella tenía honor como para venderse a tan bajo precio. 
Recordaba libros que metafóricamente ponían nombre a los vagabundos del amor y que una buena salida era convertirse de nuevo en una cocina. Esa historia la había acompañado mucho tiempo y aun no sabe porque la olvidó.. Aquellas hojas hablaban de transformarse en esencia en una cocina para obtener la calma...  El hambre era mala y la gran mayoría se limitan a comer lo que otros les dan... Sólo cuando eres una gran cocina no necesitas mendigar alimento, ni tampoco sus utensilios, pues en ella, se puede encontrar lo necesario para fabricarlo uno mismo...
Pues no le quedaba trabajo a la Sra. Sapicornia...  se reía abriendo tanto la boca que a veces parecía desencajarse del rostro. No pasaba nada, no iba a cometer asesinato, ni tampoco iba a saltar al infinito a modo de despedida... pero le encantaba llevar un puñal en la liga por si acaso…
Pasado su día de fiesta que lamentó ser de corta duración, tenía proyectos en mente que irían ocupando sus espacios temporales. 

Arropada en sus suaves colchas que tan delicadamente perfumaba antes de dormir, escribía objetivos que aportarían mayor bienestar a su vida y que además, ayudarían a una mejor recuperación. La Sra. Sapicornia nunca fue un ser aburrido y de poca imaginación, pero aun sentía nauseas si miraba hacia atrás. Uno no puede pedir lo que no puede ofrecer y la Sra. Sapicornia ahora mismo, andaba coja para alistarse a una carrera de saltos de vallas. 





11.6.13

CAPÍTULO 67

Amoldándose una vez más al cambio de costumbres, volvía a organizarse el día alejando la ira que parecía haber hecho raíces fuertes costosas de alejar.
La Sra. Sapicornia se había dejado ver por la playa últimamente pues sin duda, era donde recargaba baterías. Recordando las historias que contaban las patrullas que descansaban en el valle, ganaba valentía, pues aquellos relatos convertían sus penurias en minucias. El planeta tierra giraba a tanta velocidad que eran muchos los que abandonaban el camino mareados por sus vueltas inapreciables para otros.
Cuando llegó aquella noche a su humilde morada, cogió su libreta escondida y la abrió al azar a ver que encontraba.... Obviamente siempre escribía cuando se encontraba triste y era demasiado constante el sentimiento de aflicción que le hacía unir esos versos tan lentos...
Podría ser cosa de su personalidad y carácter pero ella encontraba fascinante ser la inspiración de alguien... Le costaba entender que hubiese seres que no se sintieran alagados por dichos textos simplemente por servir de musa a sus manos... Aunque estos fueran amargos en su mayoría...peores eran los ecos que se escuchaban de las voces de ultratumba que con letra en sus lápidas, recordaban los nombres de los que un día existieron… había que ser muy necio si se hablaba juzgando, pues de todos era sabido la tendencia de la Sra. Sapicornia a dramatizar las cosas, corría por sus venas sangre del noble Shakespeare.

Las descripciones que daba eran ciertas y así las sentía ella cuando las plasmaba. ¿A cuántos funerales de no muertos asistió en todo aquel tiempo? eran incontables... llevaba tiempo que lo decía, llegaba el momento de hacerlo. Y no volvería a escribir de esa cabra que ya no sabía hacer magia con trucos de ilusión.




10.6.13

CAPÍTULO 66

El ejercito que bajaba de las montañas fatigado, buscaba refugio en el apacible valle. Había sido una larga guerra por una estúpida disputa sin sentido. Ya no creían en los amos que los gobernaban, perdieron la fe cuando su capitán abandonó la tropa aquella mañana.
La Sra. Sapicornia les ofrecía alimento y refugio a los necesitados compadeciendo, las horribles visiones que se llevaron sus ojos en tal tormentosa batalla.
Muchos animales llegaban mal heridos y con una moral tan destruida, que hacía más complicado creer en bonitos finales. Existían cosas espantosas fuera del pequeño valle y la Sra. Sapicornia había visto pocas. Las miradas de aquellos pobres lesionados contaban historias tristes y la mayoría deambulaban sin saber bien qué hacer.
Los seres vivos nos acostumbramos... nos adaptamos a vivir del modo que sea y luego, es normal sentirse vacío y carecer de ilusión. .. No desesperéis amigos... dijo la Sra. Sapicornia  en modo triunfal como si ella también hubiese participado en la lucha... nos vamos a poner fuertes… pronto dijo...





9.6.13

CAPÍTULO 65

Rayos y centellas azotaban el valle muy temprano. La Sra. Sapicornia, descansaba su resaca de la noche anterior cuando un trueno la despertó con su eco. No se enojó por las horas al contrario, las tormentas eléctricas le fascinaban y abriendo un ojo sonrió al ver la poca luz que producían las nubes cargadas de agua.
Andan tristes... dijo para sí la Sra. Sapicornia mientras se preparaba una taza de café caliente para despertarse... Vaya tormenta… ¡Está todo el cielo oscuro! y corrió a ver donde andaban sus cachorros para compartir con ellos la fuerte ventisca.
La Sra. Sapicornia, había contagiado de entusiasmo a sus pequeños con los que mediaba para evitar que saliesen a toda prisa a pisar los charcos.
Aunque no gozaba de todas sus funciones por mal descansar, sin embargo no se lamentaba. La noche había estado bien  aun sintiendo que carecía de algo (que bien podía ser la cabeza pues días antes se la guillotinaron a traición), pero no quiso demostrar debilidad ante los asistentes e intentó recrear su mente participando en todas las conversaciones que pudo.
Observando los presentes todos aparentaban ser felices mientras reían y bebían sin importar las horas que pasaban, aunque ya más adelante en petit comité con sus amigas, destriparon sus misterios y como se solía decir... En cada casa se cuecen habas. ..
La Sra. Sapicornia no solo lo quería figurar ser dichosa, si no también poseer la calma del que lo está.
El sendero era largo aún, no obstante, había caminado muchas veces ya con la luz apagada por él y en esta ocasión, avanzaba cargada de desconfianza y antipatía que le daban fuerzas para tirar sin pensar en el peso de su mochila.
Guardando sus pezuñas del todavía frío que acechaba las noches, reparaba en la creencia de que tal vez quizás, existieran mas seres como ella.

Asalto 1313… combate nulo
Yo me retiro


6.6.13

CAPÍTULO 64

Sonaban unas trompetas en todo el valle aquella mañana, anunciaban fiesta. Todos los asistentes del lugar llevaban rato preparándose para el fantástico acontecimiento y muchos desprendían dulces fragancias que perfumaban el ambiente.
La Sra. Sapicornia,  se hallaba acicalándose, pues aunque no tuvo buena noche, quería mirar hacia otro lado. En el jardín se encontraba observando su bicicleta de bambú que por unos momentos había olvidado pinchar, así que entrando en su garaje desordenado cogió unos parches para la rueda y salió a arreglarla.
El estado de esta no era muy bueno que digamos... Tenía más remiendos que las viejas botas de un oso de cueva libre, pues así llamaban a los que no reputaban un prometedor futuro y la Sra. Sapicornia, no sabía bien donde aplicar el parche a aquella rueda tan dañada.
Por fin, y después de varios intentos consiguió hacer un apaño a su bicicleta creyendo que para bajar al prado le bastaría, y ya mañana, cuando terminaran fiestas la llevaría a reparar como merecía.
Subida ya en la bicicleta sentía que algo no iba bien, aquel biciclo se tambaleaba como si fuesen a  saltar todas sus piezas y medio rezando, se adentraba en el sendero creyendo que aguantaría. Efectivamente, pasados unos minutos, el vehículo chirrió con fuerza haciéndose añicos...
La Sra. Sapicornia daba las gracias irónicamente a la vez que amontonaba los troncos de bambú  que repartidos, ocupaban el suelo del camino.
Sentada sobre una roca movía la cabeza pensando en la mala suerte que la rondaba tiempo atrás… cuando un pájaro carpintero llamó su atención por su estrepitoso ruido al picar contra un árbol.
¿Puedes dejar de hacer tanto ruido? ¡No me dejas pensar! dijo la Sra. Sapicornia molesta
El pájaro de larga punta extrajo su pico del agujero buscando de donde venía la voz y reconociendo el hocico del cual salió dicha ofensa contestó.
Pues sí que amanecimos con buen humor... dijo el pájaro carpintero con aires desenfadados. A ver señorita... debería usted comprender ya... que nosotros, los pájaros carpinteros hacemos eso, y no parece usted ningún cachorro para no discurrir tal razonamiento.
La Sra. Sapicornia se disculpó con aquel ave y le contó el motivo de tal mal carácter.
El pájaro carpintero bajó volando a la roca donde estaba sentada la Sra. Sapicornia y moviendo sus alas dijo.

A veces querida es mejor ser realistas, esa rueda estaba demasiado remendada como para aguantar más aventuras, pides demasiada magia en cosas que no la merecen, adquiere una nueva! por lo menos no te dará problemas en tiempo. Y volvió a su árbol a seguir con su trabajo.





5.6.13

CAPÍTULO 63

Arrastrando su enorme bicicleta de bambú pinchada... intentaba distraerse por el camino para no dar importancia al cansancio y sobre todo, para no pensar en el trayecto que aun le quedaba por hacer.
Con una buena actitud se hacía todo mas sencillo, pero a medida que caminaba... costaba más mantener esa apariencia, pues era innegable, el nada afortunado hecho de que su bonita bicicleta pinchara aquella soleada tarde. Cantando para aliviar el viaje, topó con la cabra brava, causante de la mayoría de sus disgustos y de también, muchas de sus alegrías, pero estaba claro, que cuando a los dioses les daba  por lanzarlos por la torre de babel, era difícil el entendimiento.
La Sra. Sapicornia alzaba la voz para ser comprendida, pero lo único que escuchaba la cabra, era un relinchar de Unicornio. Después de un largo rato de sonidos de cabras que balan y de Unicornios que relinchan, dieron por agotadas sus fuerzas y la Sra. Sapicornia continuó su camino a casa.
La Cabra Brava con una ceja levantada, se quedó observando desaparecer a la Sra. Sapicornia entre el sendero. Ofuscado, daba vueltas a su tiesa cola mientras sacudía sus gruesas patas contra el suelo intentando liberar tensión.
La Sra. Sapicornia, tiraba de su bicicleta con mas garra que antes, pues apoderada de un sentimiento de indignación por el reciente enfrentamiento gratuito, le crecían las fuerzas ayudada por demonios.
Observados por las hadas que reían sus torpes encuentros, cada uno por su lado, creía tener la razón con ciega fe.
Un terrible maleficio lunar, ponía horas a las visitas que se hacían para el aprendizaje de sus diferentes lenguas, pues todas las noches, antes de que cayera la luna, debían volver a sus lechos para separarse hasta la siguiente vez.
La Sra. Sapicornia agotada, aparcaba su inútil bicicleta pesada que parecía haber aumentado su peso en oro.. Siendo juez de ella misma... no podía culpar de todo a la luna, pero no era ligera la carga y los obstáculos que ponía, a veces eran como enormes montañas nevadas.






29.5.13

CAPÍTULO 62

La temperatura carnal de la Sra. Sapicornia... aumentaba por momentos...  La excusa de que su activado instinto provenía por el influjo lunar, perdía credibilidad con el transcurso de los días, pues ella, seguía igual de vigorosa..
Meditando que hacer para distraer y alegrar su mente, pensó que sería buena idea pasarse por el salón de Rita Margarita..
De camino cogía fuerzas para lograr una actitud firme y no ser enredada como le había pasado otras tantas veces por Rita Margarita, pues aunque tenía buenas manos para el estilismo... a veces no llegaban al entendimiento. La Sra. Sapicornia era de atrevida fachada y sus incalculables cambios de look para ahuyentar la monotonía habían sido de lo mas dispares, y esta vez, quería el pelo naranja.
Sentada con la bata de rigor de dichos lugares puesta, insistía en ser comprendida por la especialista en cuestión, no fuese a tener dudas sobre el concepto que la Sra. Sapicornia llevaba en mente.
Después de dos interminables horas por la largura de su crin.. salió galopando del lugar a mostrar, su bonita melena naranja.




CAPÍTULO 61

La Sra. Sapicornia ... Aunque parecía que no quería preocuparse por su salud, andaba preguntando a todo aquel que se topaba si sentían frío pues, le rondaba una frase en su visita al doctor Musgo...Una pequeña lagartija que daba sentido a su nombre por la considerable apariencia que tenía con esa planta briofita.
¿Sueles tener siempre frío? preguntaba el especialista diplomado en las montañas del Sud, a la vez que auscultaba la respiración de la Sra. Sapicornia.
Pues normalmente sí... respondió ella, es más, a veces siento no tener sangre en las venas...
Ajam.. dijo de nuevo el doctor Musgo mientras iba examinando todos los recovecos del cuerpo de la Sra. Sapicornia.
Creo saber el motivo de esa arritmia que usted siente.. dijo el Doctor Musgo colocándose bien sus pequeñas gafas... Señorita, ¡usted ha perdido la inspiración!!! Eso es como perder el alma!! volvió a decir abriendo aun mas sus extraños dedos para darle mas creencia a su diagnóstico.
¿Que quiere decir doctor? dijo la Sra Sapicornia extraña por la valoración del médico..
Es muy simple querida, debe usted encontrar la musa.. y se enfiló por unas estanterías alcanzando un libro.
Señalando una pagina comenzó a leer.
Inspiración : acción y resultado de inspirar oxigeno... y en otros planos... impulso o estimulo en las artes. Alzando la vista del libro y mirando a la Sra. Sapicornia continuo hablando... ¿Entiende ya el significado señorita? .. la Sra. Sapicornia intentaba comprender las escuetas frases del doctor y contestó con voz débil..
Estoy algo confusa con su dictamen Doctor Musgo... quizás si usted me guiara un poco mas...
La pequeña lagartija con aspecto de musgo, subió por el lomo de la Sra Sapicornia llegando a situarse en el mismo hocico de esta. Mirándola con aires estudiosos dijo..
Magia señorita, es su obligación hacer tantos trucos como hagan falta, no se olvide que animal es usted, y no es precisamente un topo que digamos... Los Unicornios existen de las leyendas y es imprescindible creer en cuentos o acabara desvaneciéndose.
La Sra. Sapicornia abriendo sus ojos cual caballo desbocado, contestó inquieta.
Y dígame doctor, ¿dónde encuentro a esa que llaman musa?
En sus textos querida, en la fantasía de estos, luego, simplemente hay que aplicarlos en la rutina del día a día.. dijo el Doctor Musgo guiñando un ojo cómplice a la Sra. Sapicornia para que supiera, que él también  leía sus historias.





21.5.13

CAPÍTULO 60

Los trucos de magia ayudan siempre a encontrar salida a momentos complicados del día a día.
A la Sra. Sapicornia le encantaban todas las ilusiones no reales que se creaban moviendo una mano con gracia y una puesta en escena brillante. Los magos adquieren la habilidad de conseguir cosas extraordinarias y la Sra. Sapicornia a estas alturas, sólo se dejaría guiar por uno de ellos.
Practicando en casa el manejo de las artes con sus cachorros, constataba lo sencillo que era sacarles una expresión de sorpresa y una sonrisa despistada por el acontecimiento.
Un hada sigilosa entró por la ventana ocultando su figura para no ser descubierta. Llevaba días filtrándose por casa de la Sra Sapicornia a sus anchas y habían algunos, que llegó a pasarse horas contemplando el estado de su querida amiga no creyente en la magia... o al menos, esas fueron sus palabras..
Aquella tarde regresó a su árbol contenta la pequeña hada.. el aspecto de la Sra. Sapicornia recobraba su forma.




19.5.13

CAPÍTULO 59

Primavera? mas bien podría decirse que volvía el frío...
La Sra. Sapicornia que parecía no circular sangre por su cuerpo siempre gélido, se abrigaba cada mañana al salir de casa no fuera a resfriarse.
Todo aparentaba calma... pero ella no acababa de sentirse tranquila. Había tenido varias noches de extrañas pesadillas y algunas se manifestaban casi reales. De todas maneras ella sabría encontrar la salida del pequeño laberinto donde se había metido sin querer. Su naturaleza de Unicornio le impulsaba ganas de salir corriendo y de no dejarse tocar mucho la crin.
¿Qué le estaba pasando a la Sra. Sapicornia?
Una pequeña tormenta azotaba la región con fuertes rayos y una lluvia densa. Noche ideal para relatos de miedo y buenas mantas de oveja para conservar el calor, aun así, nada contentaba a la Sra. Sapicornia que continuaba con la mosca detrás de la oreja.
Buscando historias en su cabeza que calmaran su mal estar, recordó una que transformó en frase con la que alimentar su conciencia...
Muchas de las estrellas que vemos ya no están, son solo el destello de lo que brillaron una vez...
Pudiera ser que su turbación fuera el reflejo de tantas otras, pero desilusionada no creía ser comprendida en su gran totalidad y eso le afligía más.


14.5.13

CAPÍTULO 58

Todas las mañanas, la Sra. Sapicornia tenía una dulce sonrisa con la que despertar a sus pequeños dragones. Sus gigantescas alas sobresalían del lecho... Cada día mas grandes... Aunque el corazón de la Sra. Sapicornia latía como un reloj con poca pila, el trato hacía sus crías, se regía por un mecanismo solar inagotable. Con ellos siempre parecía todo tan fácil..
Proyectando posibles buenos pensamientos que detuvieran su obvio deterioro, había que romper con feas costumbres, pero sobre todo, volver a llenarse de maná.
Se puede creer, que simplemente hay que aplicar esa magia a todos los aspectos en los que vivimos, y más, si estas acostumbrado a hacerlo.
Cuando era pequeña, la Sra. Sapicornia como supongo muchos otros, fijaba su vista en objetos que se empeñaba en trasladar con su poderoso cerebro.  Lo mas que conseguía, era una expresión violenta en su rostro enrojecido, por la fuerza que creía debía poner en el empeño.
Nunca movió nada, pero a día de hoy lo sigue haciendo... quizás así se distraiga mi razón...

CAPÍTULO 57

Se miraba la Sra Sapicornia al espejo contemplando la rapidez con la que se iba oscureciendo su pelaje. El cuerno de su frente parecía frágil, de aspecto quebradizo. Haber deseado un cambio tenía consecuencias y ya le estaban pasando factura.
Aquella tarde en la que anhelo ser Unicornio, unas hadas le avisaron de las condiciones del trueque, y ella, testaruda sin pensarlo, depositó en una pequeña urna sus ilusiones que desaparecerían, en el momento en que se dejase llevar por lo banal.
Las historias tan poco mágicas en las que seguía interviniendo sin mejora alguna, consiguieron enfurecer al cosmos y este, mandó sus represalias en forma de negrura. Las hadas de nuevo, volaron corriendo para alertar a la Sra. Sapicornia de la decisión tomada por los grandes maestros, pero al verla, frenaron en seco cuando la vieron llorar.
No hace falta que digáis nada... dijo esquivando la mirada de las pequeñas hadas. Es visible el cambio, hasta mis sollozos son negros y lo peor es que me lo merezco.
Las hadas apenadas hablaban de victorias y de esperanzas, pero la Sra. Sapicornia no escuchaba.
No se puede ser un animal mitológico si no miras con fascinación.

12.5.13

CAPÍTULO 56

Todos los días las mismas frases rotas... para dos veces que salía el sol... era mejor no quitarse el chubasquero.
Buscar refugio donde no hay paz se vuelve complicado, pero lo peor es haberse acostumbrado a eso.
La de idas y venidas en la que se perdieron tantas cosas... La facilidad con la que olvidamos lo que nos apena...
Este mundo esta lleno de seres que no creen en Unicornios.. que pena mas grande.. se decía la Sra. Sapicornia mientras comprobaba que su blanco pelaje se volvía oscuro por la falta de magia..






5.5.13

CAPÍTULO 55

Aquella tarde de tiempo variable, leía historias de animales extinguidos la Sra. Sapicornia, que aunque su apariencia fuese la de una total Unicornia, a ella, le seguía gustando que la llamaran así.
Que lamentable es el ser humano en muchas de sus formas... Causantes de la mayoría de los desastres ecológicos por no hablar de las muertes y sufrimientos que se causan entre sí.
Era incomprensible buscar razonamiento alguno para dichas desgracias y buscando respuesta en su subconsciente absurdo, lo único que la podría llevar a tomar represalias insanas, sería la situación extrema en defensa de sus cachorros, quizás ahí, si podría perder completamente los estribos.
¿pudiera ser que no hubiesen ya héroes? preguntaba su boca mientras su mente respondía...  brillan tan lejos que apenas se ven...
La Sra Sapicornia sí creía en la magia y aunque el futuro sea incierto en muchos aspectos, ella prefería pensar que los magos, andaban escondidos para resurgir, el día antes que todo se acabe.

2.5.13

CAPÍTULO 54

De un golpe despertó aquella mañana la Sra. Sapicornia... o eso creía ser.. No recordaba haberse caído de la cama en muchísimo tiempo y al intentar ponerse de pie, faena tuvo. Sus pequeñas ancas habían desaparecido y ahora eran 4 hermosas patas de Unicornio blanco, las que adornaban su figura. Como pudo, tanteo levantarse y caminar hacia un espejo para verse entera. Su torso también había variado y ahora se podía decir.. que era completamente una Unicornia!!!
Mientras se acicalaba y se amoldaba a la nueva situación, se imaginaba galopando por las praderas y comiendo frutos de las ramas de los arboles, donde antes no podía llegar.
Preparando el desayuno de sus pequeños dragones, esperaba la hora para poder despertarlos y que vieran su grandioso cambio.
Compartieron risas aquella mañana y orgullosos de su mamá Unicornia, marcharon a la escuela.
A media tarde y después de mucho practicar los andares para no parecer un pato, consiguió un paso elegante y aunque lejos estaba aun lo de correr al trote por las montañas, se llenaban de oxigeno sus pulmones por la tranquilidad que le daba ese estado.


Para los que todavía soñamos con tonterías

1.5.13

CAPÍTULO 53

Pegando un salto, se bajaba la Sra. Sapicornia de su enorme bicicleta de cañaduz.. digamos que la antigua, se le había quedado algo pequeña por la alteración de físico.
Tiempo pasó desde que pidió el deseo de la transformación, y aunque no recordaba con exactitud la fecha, lo que si le extrañaba, era de la pausa en la que se había quedado su total conversión.
Por todos los rayos... se decía para si.. tengo un aspecto horrible!! ¿por qué demonios se retrasa tanto el cambio? 
La Sra. Sapicornia, era buena observadora y no le costó comprender, que fallaba. 
Ese día aunque extraño, le había servido de mucho y podría ser, que en el sacrificio estuviera la respuesta.
Paseó por lugares y parajes que llevaban recuerdos escritos en cada rincón, y con aflicción disfrutó de ellos. Caminando, escuchaba las voces vigentes en su testera de la arcaica Sra. Sapo, que no dejaba de crear pequeños monstruos en su disputada mente. Un gen valiente de Unicornio hizo agitar la cabeza de la Sra. Sapicornia haciéndola volver en sí y una fuerte voz ancestral, sonó clara.
Los Unicornios somos mágicos.. dime que ves tu de fascinante en esto... ya es hora del relevo.. es tiempo para los seres mitológicos... acallando la voz de la Sra. Sapo por unos instantes..
 Acurrucada en su lecho, escribía contenta pensando que quizás mañana, despertase como Unicornio.

29.4.13

CAPÍTULO 52

Un Ciervo lloraba desolado en el bosque. Los pájaros decían que había extraviado a su madre. La Sra. Sapicornia se acercó a ver que le pasaba y si podía ayudar.
El pequeño Ciervo al ver la extraña apariencia de la Sra. Sapicornia se asustó y salió corriendo. La Sra. Sapicornia reconocía que su aspecto no era nada familiar y que su esencia, era algo extraña en su metamorfosis, pero... tanto como para salir corriendo...
Al cabo de un rato pasó por ahí una gigante Cierva que parecía ser la mamá de aquel asustadizo bebé y al ver a la Sra. Sapicornia se detuvo a preguntar si había visto a un cachorro de Ciervo...
Evidentemente la Sra. Sapicornia le explicó lo sucedido y su pesar, por no poder consolar al pequeñín que tenía miedo.
La gran Cierva girando su cabeza explicó cansada, que su retoño siempre le daba problemas con escaparse  además, de ser muy mal criado y contestón. Fatigada, siguió su camino desapareciendo por la misma senda, donde dejó de verse su crío..

26.4.13

CAPÍTULO 51

Día cero.. igual que el devastador destrozo que pudiera dejar, la explosión de una bomba atómica, estaban los sentimientos de la Sra. Sapicornia. Todo eran cenizas y muerte a su alrededor. Daba gracias de seguir aun con vida... Estudiando los causantes de dicha catástrofe, no veía salida, era todo tan desmesurado... las formas.. los modos...los tonos...
La Sra. Sapicornia no se creía la mejor del planeta. Había intentado de muchas maneras llegar a buen puerto, pero pocas tuvo éxito. Sus mas allegados de sobras sabían , el esfuerzo y dedicación que ponía para superar los altibajos que hundían sus penas.
Ya no se trataba de tener o no razón.. . le habían roto el calidoscopio con el que observaba el mundo, y lejos de sus colores y bonitas formas, tuvo que ver la gran verdad.
En la palma de su blanca pezuña, maldijo su ira aplastando los restos fracturados de su apreciado chisme. Una lágrima brotó de su ojo casi de cristal cuando los metió en aquella caja de cartón para luego, enterrarlos en su pequeño jardín donde con el tiempo, crecerían las flores y no quedaría rastro en apariencia.

25.4.13

CAPÍTULO 50

La luna llena brillaba en ese Jueves de Abril...  Como un caballo desbocado corría la Sra. Sapicornia y sin ningunas ganas de mirar atrás. Ni siendo Sapo, ni tampoco en metamorfosis a Unicornio, había podido deshacerse de su maleficio de entendimientos.  ¿Hasta cuando?  Se tiraba de los pelos la Sra. Sapicornia una y otra vez. Realmente no estaba viviendo lo que ella quería y aunque el amor era grande y puro, la pesada carga, estaba empezando a deshacer la magia.
El gen de Unicornio residía ya en ella, y sus pensamientos no eran los mismos. Pudiera ser que en la transformación, cuando aun era mas sapo que Unicornio, le quedaran ganas para ser cabalgada por jinete de fino porte,  pero en estos momentos, solo veía la cuerda a modo de soga que intentaba cazar su naturaleza.  Lo peor de todo, es que tenia asumido que dijera lo que dijera, caería en oídos sordos y que jamás, podría ser entendida por muy bien que adornase el lenguaje.
Por muchos trotes y coces que dio aquel día, no consiguió quitarse la mala fortuna y sacando su pequeña libreta de llantos, se puso a escribir, aun sabiendo que ni ahí, recibiría respuesta, pues parecía ser por las inexistentes señales que no obtenía, que a nadie, le gustaban sus escritos.

CAPÍTULO 49

Se ha ido vuelve!! grita la Sra. Sapicornia esperando ser oída por la musa de la inspiración, que de nuevo, había desaparecido sin dejar rastro.
Palabras agradables, historias bonitas, pero no salen de su boca,  tampoco de su pensamiento, siempre hay algo que lo enturbia...
Tratando de apartar las lagrimas a un lado, intenta esbozar sonrisas que ni ella sabe ya como inventar.
Cuando todo esta bien... cuando todo esta en calma.. como me gusta abrir los ojos bien, para no perder detalle y llevarme imágenes, que nutran mi alma en la sequía .
Miraba la luna que se asomaba por la colina que la llevaba a casa. Los ingredientes para que el guiso quedara perfecto, los tenía, pero no encontraba la manera de presentar el plato. Hay que dar de comer a los hambrientos de amor.. pero muchas veces te muerden la mano...
Las buenas intenciones no hay que dejarlas nunca y aunque el camino a veces no es lo soñado.. la Sra. Sapicornia había cogido altura en su transformación y creía que la alzada que había alcanzado, la hacia sentirse majestuosa. Extendía su manto imaginario esperando se quisiesen tumbar en el, con humildad y cariño.
Un mecanismo de auto control eran sus acciones y lejos quedaban de ser naturales sus actos.  Peinando su ya crin blanca pensaba, que larga tenía la melena ya.. ojalá la cabra viese lo fácil que podía ser, transformarse en otro animal  quizás, un poco mas calmado..




4.4.13

Capítulo 48

Como si estuviese envolviendo el ambiente una atmósfera eléctrica... se iban rompiendo los aparatos que utilizaba la Sra. Sapicornia para desplazarse con facilidad en distancias largas, pero por si eso fuera poco, accidentes domésticos también se añadían a su mala fortuna. En el último traspié se dañó un ojo y le costaba escribir o leer durante mucho rato.
Era curiosa la extraña balanza que creía arrastrar en su karma. Cuando las cosas parecían ser favorables siempre encontraba trampas que entorpecían la marcha aunque simplemente fueran de aspecto leve. Siendo razonable y sopesando la trayectoria de su vida, la Sra. Sapicornia comprendía que era mejor no quejarse ni retar al destino que este, tomaría el pensamiento como una ofensa..demostrando sabiamente una vez más, lo débiles que podemos llegar a ser ante adversidades insospechadas. Se santiguaba la Sra Sapicornia como podía para nunca tentar la rabia de los dioses y para eternamente agradecer, lo que aun conservaba. 
Sin desatender su cambio, seguía invariable leyendo historias de Unicornios evadiendo su mente de malos pensamientos..
Conforme mas leía y según mas retenía, acrecentaban sus deseos en obtener su anhelado cambio. Aquella noche se llevó a la cama una característica del Unicornio... la invisibilidad.. le rondó en la mente hasta que se quedó dormida... 

1.4.13

Capítulo 47

La Sra. Sapicornia continuaba mudando su aspecto día tras día.. No le era difícil comportarse como un Unicornio con sus mas allegados o no conocidos, pero ante otros animales ya era otro cantar.
Seguramente los constantes cambios de acercamiento y alejamiento sufridos, tuvieran algo que ver y no la dejaran ser todo lo natural que quisiera, aun así, la Sra. Sapicornia quería poner de su parte para sanar y dar forma de nuevo a esos moldes que tan bien encajaron una vez.
De todas las opciones planteadas el humor, es el mejor camino, eso, y buenas historias. Por una vez, la Sra. Sapicornia anhelaba supieran recuperar, todas esas piezas dañadas, cerrar los ojos y fantasear un poco que también le hacia falta...
Ella no lo veía difícil, era de diversión plana y residía en ella la guasa.  Cuenta cuentos por naturaleza, volvía de nuevo la apetencia de susurrar relatos y de vivir, grandes aventuras. Convencida de que esa era  la mejor senda, se le inundó la mente con leyendas de unicornios y de grandes andanzas...

28.3.13

Capítulo 46

28 de Marzo... Habían pasado ya 6 primaveras desde la llegada al mundo del mas pequeño de sus dragones.
Contra todo pronostico aquel día el sol brilló, dando tregua a las lluvias acontecidas. La Sra. Sapicornia que no se fiaba del tiempo, reconocía que no se había organizado bien la jornada del Jueves 28 de Marzo.. pues aunque era una fecha señalada para una eternidad por el nacimiento de su bebé, aquel día también, pondría a prueba sus impulsos.
La mañana se le venía encima y la llegada de la cita estaba cada vez mas cerca. Su imagen en el transcurso de las lunas había cambiado un poco. Entre el cuerno de su frontis y las extrañas y casi imperceptibles señales que debía recibir y que tanto le costaba interpretar cuando las obtenía, le mantenían en alerta constante y puede que modificaran su rostro acentuándolo aun mas. La Sra. Sapicornia quería encontrar en su cuerno el secreto de la magia, pues se decía que su cuerno abría la puerta a secretos ocultos. Muchos habían codiciado esta asta para hacerse con una vida lujosa y larga... Necios, pensaba la Sra. Sapicornia, intentando disimular su destacada cornamenta.
Estando el sol aun alto acudió a su reunión un tanto nerviosa, pues seamos sinceros, todavía ni era un Unicornio, ni tampoco había dejado de ser un Sapo..
Terminada la tarde... ¿que podía escribir en sus relatos que no dispararan su imaginación demasiado lejos? Si cerraba los ojos y pensaba como un Sapo, veía un futuro feliz, una bonita armonía porque por fin, supieron  encontrar el equilibrio juntos... pero si pensaba como una jaca... esa mirada de pavor propia de un caballo asustado..se apoderaba de ella..
Aunque aquel día hubiese acabado con todo el jugo de su presa... guardo composturas para devorarla en un buen lecho.. tenía tantos olores que llevarse..
En compañía ya de sus crías, soplaba velas y abría regalos su dragón satisfecho de lo que iba encontrando. Aquel día fue un buen día..

26.3.13

Capítulo 45

Besos de sapo.. Debía cambiar... La Sra. Sapicornia, tenía en mente el nombre que daría titulo a sus nuevos textos, pues aunque se lo tapase con una corona.. era evidente... el cuerno en su frente...
Historias de una Sapicornia pensó...

24.3.13

Capítulo 44

En el hueco de un pequeño árbol  laboraba la Sra. Sapicornia. Subministraba zapatillas a todos los animales que quisieran unas. Por ese rincón disimulado, discurrían  seres de diferentes especies. Daba igual su tamaño, grandes o pequeños, todos, querían lucir sus patas con aquellas curiosas alpargatas que ya se habían puesto de moda en el lugar.
La Sra. Sapicornia constantemente tenía anécdotas que contar cuando finalizaba el día. Especialmente sensible, habría su corazón a aquellas almas que iban llegando, algunas, con los ojos marchitos. Aunque en apariencia solo buscasen calzarse, los había que buscaban conversación, y la Sra. Sapicornia, daba siempre con los locos del lugar. Pudiera ser que las frases confundieran al lector, creyendo, que era lujuria de lo que hablaban sus historias, pero no era ni mucho menos eso. Posiblemente estar en un estado transitorio y con los sentidos vulnerables, atraía aun más situaciones espirituales y a la Sra. Sapicornia, se le escapaban los días sin darse cuenta. Envuelta en historias de Unicornios, seguía aprendiendo...
Decian que los Unicornios representan el sexo en el cuerno y si era con forma de espiral, simbolizaba lo femenino. Gracias a este dato, andaba mas tranquila pues no tenía muy claro si podía ser hembra, y esto disipo toda duda. El cuerno del Unicornio es el recipiente de su magia y de sus pensamientos y experiencias. En él se encuentra un extraño sentido, similar a lo que diríamos "sexto sentido" o una poderosa intuición  que le lleva a brillar ante el peligro. 
Con los ojos casi bizcos se miraba el cuerno que hipocondriacamente ya tenia forma de espiral... La Sra. Sapo tenía bastante claro lo que quería y sobre todo lo que no, y aunque la mutación no era sencilla, las ganas de cambio y el sacrificio llevado hasta ahora, debían de servir para algo. 

22.3.13

Capítulo 43

El porque de haber elegido el Unicornio, no era algo al azar. La Sra. Sapo o mas bien deberíamos decir la Sra. "Sapicornia" por su ya encaminada metamorfosis, escudriñaba datos todos los días para no perder de vista su objetivo, pues no se iba a quedar con un cuerno sin sentido en su pequeña frente...
Símbolo de fuerza, libertad, imaginación, sueños, ilusiones, los Unicornios de alguna manera están presentes, porque lo que simbolizan sigue existiendo. Bonitas frases describían a estos animales mitológicos...y cada vez tenía mas ganas de convertirse en uno.
Los días soleados y de aromas a primavera, decoraban ya los arbustos con bellas flores.De todas las épocas del año, esta, era sin duda su preferida.
Los animales andaban revueltos y la Sra. Sapicornia también. No podía acallar tanto tiempo su naturaleza y prácticamente todos sus poros, desprendían enormes cantidades de feromonas, esparcidas invisiblemente en el ambiente. La situación no era factible y menos ligar esos fragmentos de notas discordantes, pues no venía a cuento una llamada de socorro que apagase el fuego y sobre todo porque no se veían llamas.
La percepción y las señales mostradas, habían llevado a la Sra. Sapicornia a una indudable aceptación al medio, debido todo, a la buena apreciación de una mente calmada. Digamos que, en ese aspecto había tirado la toalla, pues aunque nunca cerró puertas al entendimiento, supo entender, que el problema, no nacía de ella, pues andaba sin saber donde dejar, su latente órgano.

19.3.13

Capítulo 42

Tarde se le hacía últimamente a la Sra. Sapo. Llegaba siempre con la luna a casa, y pocas eran las fuerzas que le quedaban a esas horas para escribir. Haciendo esfuerzos por cambiar a unicornio, andaba algo desconcertada.
 La guerra de la que hablaban había dejado heridos en batalla, y aunque las trompetas sonaban lejos, precisaba de un cambio rápido para la Sra. Sapo si quería afrontar las posibles adversidades con las que pudiera topar.
Mantenía su cabeza activa con información del ser en cuestión y anotaba afanada las averiguaciones que iba obteniendo del Unicornio.
Las fábulas cuentan también que los Unicornios, hermosos, sabios y tan majestuosos , tenían un punto débil... Siendo amantes de la belleza, a veces de dejaban llevar y cambiaban su libertad por cariño..
La Sra. Sapo comprendía las frases leídas y no cerraba puertas a que llegado el momento, se dejase peinar sus largas crines con respeto.

14.3.13

Capítulo 41

Estaba bastante molesta aquel día la Sra. Sapo. Era muy complicado para ella lidiar en campos que no fueran aguas, pues aunque estaba ya entrando en su metamorfosis a Unicornio, y visualizase mas sencillo caminar por tierra, todavía le costaba mucho esquivar las piedras que iba encontrando...
Una guerra se había declarado a muy pocas millas del valle. Muchos animales andaban nerviosos por el posible enfrentamiento. Lo mas ridículo de tal combate, era el motivo. Dicen que un día soleado volaba un cuervo bajo. Despistado tropezó con un árbol cayendo herido al suelo. Atravesaba el bosque un ciervo que  rápido, fue a socorrerlo. Por desgracia del ciervo, cuando intentaba auxiliar al cuervo sin querer, le clavó sus gigantes astas creyendo acabar con la vida de la oscura ave, y despavorido, salio huyendo lamentando tener esos enormes cuernos... Mientras desaparecía en el bosque, el negro cuervo que lo vio escapar, supuso que aquel ciervo deseo matarlo...y una temible ira se apoderó de el...
Tiempo llevaba siguiendo el rastro del ciervo, y eran muchos los mensajeros que le traían noticias, hasta que un día. dio con el...
Aunque el ciervo quiso explicar sus motivos, el cuervo obcecado no le escuchaba, haciendo oídos sordos a las justificaciones del ciervo.. Aquella mañana  no iba a morir nadie. Sus fieles amigos preparaban el plan que lo liberase, pero por desgracia viviría escondido hasta que al cuervo se le pasase la cólera.
A día de hoy ya no existe motivo, pero la costumbre de pelea del cuervo, siempre perturba la tranquilidad de la hondonada... Si observara un poco la mirada del ciervo, vería que no es tan fiero..

13.3.13

Capítulo 40

El estanque aparentaba tranquilidad. Los continuos días de lluvia y viento imponían jornadas de asilo, pero no estaban de más para poder así compartir mas tiempo con sus pequeños Dragones.
La Sra. Sapo contaba historias a sus cachorros que incansables siempre querían mas. Las fantasías en esas edades no eran sencillas y menos complejas, pues podría ser que un exceso de imaginación hubiese desbordado el tema un poquito...La Sra Sapo inventaba trucos con gozo con tal de ver aquellos rostros de complacencia brillar y la verdad, es que ella también creía sus propias historias.
Con el propósito de abandonar el cuerpo de un Sapo, corregía vicios y domaba costumbres. A modo de ramillo de flores, recolectaba información que pudiese servirle para un mas amplio conocimiento del ser elegido en cuestión, el Unicornio...Criatura mitológica representada en forma de caballo blanco y con un cuerno en su frente... pero no era su aspecto físico lo que le llamaba la atención. Dicen que no se dejan ver más que por los puros de corazón, y que entre ellos, sólo los más puros, los hechos de bondad y ternura, solo esos pueden tocarlos...
Bueno... estaba claro que había que limar muchos de los conceptos asimilados, pero la Sra. Sapo ponía tanto ímpetu ...que ya casi se visualizaba el cuerno con forma de corona...

11.3.13

Capítulo 39

No se que parecido puede tener una mariquita con un Sapo, pero la cuestión, es que son idénticas. Aunque los patrones no sean los mismos genéticamente, el mecanismo de evolución y los valores que constituían sus mentes eran muy parecidos.
Para que las piezas encajen, ambas partes han de colaborar e intentar dar las vueltas necesarias para que consigan forman un símbolo, el que sea, el que tengan establecidos, pero cuando se amoldan, cuando encuentran la estructura la unión es infinita. Muchos animales carecen de estas formas y anteponen intereses sin valorar los daños, pero en este caso, la fusión de la Sra. Sapo y su amiga La Sra. Mariquita Rita era verdadera.
De todas las amistades que tenía, esta, era la más arcaica. Ya cuando la Sra. Sapo llegó al mundo, su querida amiga la aguardaba en la cuna. Crecieron felices en el valle y un exceso de imaginación guiaba sus acciones. Sus mentes inquietas las llevaron a tener alguna traba que otra, pero aunque fueran en cierto modo rebeldes, sus mentes eran sanas.
En aquellos tiempos hubieron muchos días que la Sra. Mariquita Rita arrastró con la entonces pequeña Sra. Sapo, pues siempre fue de sensibilidad extrema, pero era tal la compresión que mostraba su atopada amiga, que siempre le hacía ver la luz, en su a veces oscuro camino.
Aunque en apariencia los cuentos de la Sra Sapo sean muchos tristes y de múltiples finales raros, siempre le quedaba humor para acabar el día.
Pasaban rápidos las lunas y el silencio en las montañas no traía nada bueno, entretenía a su amiga con trucos de magia y salidas místicas evitando el pensamiento dañino que pudiera despertar en la Sra. Sapo cada vez que sus dragones le hablaban de juegos...
Cogiendo conciencia de su pensado fin, pesadas manías tenía que quitar para dejar de dar saltos, pues cada vez que veía una mosca, seguía latente el instinto de atraparla... hasta masticarla.. y sí llevársela al estomago.. Era inevitable, años de mala usanza arraigaban malos modos, pero debía actuar con determinación para no caer en aspectos débiles.. Los unicornios no comen moscas, ni tampoco andan saltando de un sitio para otro, aguardan pacientes el momento de salir para no ser vistos...<

10.3.13

Capítulo 38

Hacía mucho tiempo que la Sra. Sapo no reía como aquella noche. Sin duda una de las mejores medicinas para la tristeza es la risa y con buena compañía las posibilidades apuntaban alto.
Aunque la Sra. Sapo no tenía muchas ganas de ambiente, compuso su cara y se intentó acicalar sin pensar en su dolido corazón.
Una música extraña sonaba cuando se apagaron las luces... El lugar donde se hallaban era de lo mas curioso. Habían toda clase de singulares animales y cada vez, llegaban más. El espacio, iba quedándose pequeño por momentos y todos traían su objetivo claro, localizar el sitio donde poder disfrutar con buenas vistas del espectáculo.
Una cigala, untaba sus largas patas en pintura, construyendo auténticos paisajes en el agua del estanque.. Este, iluminado para la ocasión a conciencia, proyectaba las formas en el reflejo de la laguna mientras un Gato de campo, tocaba una melodía atrayente que encandilaba a los espectadores como si de un encantador de serpientes se tratase..

8.3.13

Capítulo 37

Esa mañana la Sra. Sapo y sus pequeños dragones, salían temprano para acudir a sus necesarias clases.  Por el camino ya notaron que el día era diferente. El sol brillaba y pasearon junto al mar para ver si este andaba en calma...
A la Sra. Sapo le gustaba abrir los orificios de su nariz para así poder inspirar todo el aire posible, sin duda olía a primavera, les dijo a sus cachorros.
Despidiéndose de ellos con un beso para concluir siempre ridiculizándolos gritando os quieroo! se alejaba la Sra. Sapo consciente de que debía terminar con eso pues ellos se hacían mayores...pero a ella le daba igual, siempre serían sus bebés.. por muy grandes que tuvieran las alas de dragón... Una de las cosas que tenía perpleja a la Sra. Sapo era comprobar la similitud que ellos iban adoptando.. casi parecían estar mudando de verdad en dragones.. ¿Podría ser que ellos creyeran serlo con tanta fuerza que lograran transformarse? la magia era algo que aunque la Sra. Sapo nunca la hubiese tocado o apreciado... sabía que existía.
Tenía muchas preguntas en el aire, pero por lo menos hoy, su estado de ánimo era mas calmado pues había decido cambiar con viejas rutinas que le hacían padecer.
Hacía su maleta dispuesta a bajar a la playa. Visualizaba un entorno tranquilo y amigable donde encontrar cobijo y un momento de paz.
Apenas había puesto sus diminutos pies en la arena, un fuerte viento se levantó haciendo que la arena sacudiera su cara a modo de bofetada.
Uff.. menudo recibimiento.. pensó.. pero siguió caminando sin olvidar el propósito.
No pasó mucho tiempo para darse cuenta que el día de playa se había terminado...
La Sra. Sapo era algo supersticiosa.. y cuando ya tenia los dedos sobre la libreta.. el viento.. dejó de soplar... estaba claro que había que hacer caso de las señales...
Ella no quería quedarse sola, y fueron varios los intentos en que se asomaba cuando veía que los arboles no se movían, pero era ponerse en pie, y volver a cerrarse el día...
Escribía en sus lineas preguntas..conocedora de las respuestas, pero le dolía admitirlo..  Una idea le vino en mente al pensar, en sus pequeños renacuajos en plena mutación a dragón.. Como se le había podido escapar ese detalle.. El adn de un Sapo no es el mismo que el de un unicornio.. por ejemplo, pero... ¿si yo creyera ser uno? tal vez sólo así, pudiera entender los diferentes lenguajes de las distintas especies... cerró su cuaderno con quietud sintiendo que enterraba su hacha de guerra y con ese simple gesto el viento dejó de aullar.

7.3.13

Capítulo 36

Todos los Jueves, la Sra. Sapo y sus amigas se reunían para combatir el estrés acumulado en toda la semana analizando, los encuentros y desencuentros de acontecimientos vividos.
Mediante la ayuda incansable de palomas mensajeras, podían seguir al corriente las unas de las otras y si surgían imprevistos corrían al auxilio.
Ese bendito Jueves, la Sra. Sapo llegaba ofuscada a su cita y con una enorme lista de quejas, pues creía haber perdido transitoriamente la capacidad para razonar.
El Sol brillaba y los almendros lucían rosas. Colocados a ambos lados del camino, adornaban el paseo de las hembras dando la apariencia de que iban a cambiar de mundo al final del recorrido. Aunque la Sra. Sapo había apreciado el paisaje de tanto color y reconocía, que el olor a primavera despertaba en ella calidez, seguía queriendo aclarecer su dilema, pues debía ser analizado por otras mentes.
Sentadas sobre la verde yerba robusta, agradecida en apariencia por las fuertes lluvias, seguían con especulaciones dando cada una un punto de vista al asunto pitágoras.
Si un ser no está preparado para recibir a otro, si el resentimiento provoca una actitud anormal,  ¿no sería mejor un alejamiento hasta obtener la calma? de que sirve acercarse a tender la mano amiga si en verdad se tiene un pensamiento nocivo del otro. Esta claro que la recuperación de las partes no ha de ser la misma, ni siquiera el conocimiento del perdón, pero que mediocridad sería decir te absuelvo cuando pecan ambas piezas.
Cada cual que cargue con sus pesados motivos, dijo un Búho que no pudo evitar oír la conversación, si me permites un consejo querida, no cargues con los bultos de otros, aquellos que no fueron honestos, aquellos que miran solo lo del otro y creen que sólo lo suyo es lo bueno, no avanzarán nunca, siempre es más fácil echarle la culpa a un tercero..y disculparse jo jo soltó una carcajada el gran Búho, eso no entra en sus planes...
Las tres amigas perplejas, seguían mirando el árbol de donde el Búho había aparecido y sin más, se metió en el orificio de donde había salido... despidiéndose hasta otra.

5.3.13

Capítulo 35

Inspiración... Estado en el que se siente una especial facilidad para la creación.. ese era el significado que mas complacía a la Sra Sapo, porque había otro concepto, pero ya daba referencia a inhalar aire..y aunque venía practicándolo bastante, no era lo que le hacía sacarle punta al lápiz.
Rodeada de textos que no vieron la luz, la Sra. Sapo releía sus escritos dando salida a unos y a otros no, pues debía medir bien sus palabras..
El tiempo acompañaba y los truenos retumbaban en el ambiente creando el clima perfecto para que a la Sra. Sapo le fuera fácil escribir. De imaginación gozaba, e incluso a veces creía que lovía siempre que ella estaba triste y poco a poco daba forma a las palabras convirtiéndolas en frases, para luego darles su sentido, o por lo menos para ella.
Seguramente la Sra Sapo crea ser un personaje de cuentos y ese papel quizás la llevó siempre al cabo abusando en ocasiones de su poder, pero sabía que cada impacto, la hacía más recia y firme.
Se debatía siempre... y como meta.. ser mejor sapo. Aunque creía que enmendaba unas, se le desquebrajaban otras, y todo para así alcanzar lo que ella llamaría la perfección del ser...
Seguía lloviendo sin clemencia y la Sra. Sapo como buena anfibia, gozaba del caer del agua, siempre había escuchado que alejaba los malos humos y a la Sra. Sapo le sacaba una sonrisa pensar que... pues no tenía que llover... Seguramente, si a la Sra. Sapo misteriosamente se le apareciese una nube sobre ella, que la acompañase durante 2 años seguidos sin parar de diluviar, aún sería poco... se reía la Sra. Sapo como si ella misma se hubiese contado un chiste.

27.2.13

Capítulo 34

Unas gruesas gotas comenzaron a caer como pesadas piedras del cielo y la Sra. Sapo se puso a resguardo con su amiga la Sra. Gata Montés. La Sra. Sapo, lo había dispuesto todo para poder tener el día libre, realmente lo necesitaba pues muchas de las situaciones diarias le producían gran estrés.
La fuerte lluvia las obligaba a permanecer bajo el roble que les daba cobijo, pero la Sra. Sapo no podía dejar de mostrar su preocupación ante la inesperada tromba de agua.
¿Puedes dejar de preocuparte? le dijo su amiga la Sra. Gata Montés, si esta tormenta pilló a la cabra fuera de casa tranquila que sabrá volver.. pero.. contestó rápido la Sra. Sapo.. él tiene esos pies tan torpes nada adecuados para andar sobre el agua.. Lo peor de todo este asunto, dijo la entendida Sra. Gata Montés, es esa incomprensión mutua, debe ser cuestión de especies, porque algo os habrá llevado hasta aquí...decía la Sra. Gata Montés mientras lamía su pelo con su áspera lengua intentando secar su pelo empapado. No se que responderte amiga mía dijo la Sra. Sapo cabizbaja, me conmueve todo tanto.. a veces quiero ser normal... intentar que las dificultades no me afecten.. seguía hablando la Sra. Sapo que cada vez que asomaba su cabeza fuera del árbol para ver si apaciguaba el tiempo, le caía una gota en el ojo...
Ves?.. el cosmos conspira en mi contra!! sollozó la Sra. Sapo.. Oh no amiga mía no seas tan tremenda, los artistas sois así, mucha sensibilidad es necesaria para la creación de grandes obras, pero esa misma sensibilidad a veces, os puede... volvió a hablar la Sra. Gata Montés con su familiar voz que tanto calmaba a la Sra Sapo que esta, digería las palabras casi letra por letra.
Una vez llegada a su humilde morada y ya metida en su cama de bambú, continuaba dándole razón a esas frases.
No me gusto, no me gusto nada, se decía así misma... Igual que un volcán!! así soy! es indiscutible, aunque tenga motivos para explotar sin mirar la expansión de mi llama, me siento banal por dejarme llevar de esa manera tan mediocre.. razonaba la Sra Sapo..
Ese día se dio cuenta que lo tenía que dejar marchar... la lucha no era buena y lamentó el daño causado mutuamente.

24.2.13

Capítulo 33

Cuando parecía que había pasado el invierno en el helado estanque de la Sra. Sapo, aquella mañana al levantarse, tuvo una grata sorpresa al asomar su cabeza para ver el día, estaba nevando!!
Aunque la ofrenda del hada del tiempo nos obsequiara con aquella blanca nieve inusual en el valle por su cercanía al mar, la jornada de la Sra. Sapo no fue lo que ella esperaba una vez más..
Las bajas temperaturas se llevaron de la cabeza de la Sra. Sapo, toda intención de realizar excursión alguna de placer, y aunque era temprano no tenía pinta de cambiar el tiempo, así que sin expectativas se vistió y salió a buscar comida..
A media tarde las nubes compactas, ya se había alejado dejando salir el sol y aunque no calentaba mucho, ya estaba derritiendo la nieve de las montañas.
La Sra. Sapo andaba quejándose porque no había encontrado alimento que llevar a casa, y además por el camino, había extraviado su mochila haciendo de su salida un revés.
Observando el cielo, la Sra. Sapo no deparó que se hallaba sobre la fina capa que cubría el lago y que esta, tenía una grieta de punta a punta del paso. Un fuerte chirrido se escuchó a la vez que la fisura se agrandaba y sumergía a la Sra. Sapo en sus aguas glaciales.
La cabra que pasaba por ahí ,oyó unos gritos y detuvo su paso mirando a ambos lados sin muchas ganas. Comprobó, que esos lamentos eran de la Sra. Sapo que tenía problemas por abandonar la  fría charca, pero  el corazón de la cabra era gélido como las aguas que atrapaban a la Sra. Sapo ... y se hizo oídos sordos pensando hacia sí, bueno total es un anfibio.. sabrá salir del agua... Y yo no puedo perder mi tiempo, no vaya a llegar tarde a mi cita.. y sin más como hacía siempre, se buscaba la excusa perfecta para que su cerebro no entrara en debate con su moral. 
La Sra Sapo salia congelada del agua cuando se fijó en el plumero del rabo que se esfumaba tras los arbustos. No tuvo duda de que era el trasero rechoncho de la astuta cabra y demonios invadieron su mente...
Llegada ya la noche la Sra. Sapo se sentía cansada y aunque se había dado un baño caliente todavía le costaba nivelar la temperatura del cuerpo. Llevándose la mano al pecho, escuchó su pequeño corazón latir, se oía lento, derrotado. Mientras se peinaba su cabeza sin pelos, se miraba ante su espejo decorado con flores y que le hacían sentirse parte de un cuento cuando le devolvía el reflejo. 
No, no es un cuento de hadas, se decía la Sra Sapo, por mas que yo adorne mi entorno, la realidad es otra..suspiraba.. Es inútil luchar contra la nada, ¿cómo va a ser una bondadosa con tanta hostilidad?!! además, ya no quiere jugar conmigo...mañana será otro día y metiéndose en la cama cerró los ojos sabiendo que no recibiría carta.

18.2.13

Capítulo 32

Solo un impulso mas.. se decía la Sra. Sapo bajando la luz de la lampara que adornaba su mesita de mimbre y mirando sus pequeños calcetines de abrigo que su abuela tejió tiempo atrás.. cuando aún se acordaba de coser.. Malos tiempos corren para todos pensaba mientras dejaba con suavidad sus peucos.
La Sra. Sapo siempre fue un ser algo sensible, consciente de ello, había diseñado en su mente una armadura digna de un forjador Elfo con la que contrarrestar su debilidad, pero aun así, tenía esta pequeñas fisuras por las que se colaba el pánico.. aunque intentaba visualizarla intacta, era consciente de sus grietas..
Grandes enigmas de la historia venían a ella en forma de preguntas... ¿estamos solos en el cosmos? ¿hay vida mas allá de los planetas? de la propia vida?  y si existe el karma... ¿qué estaré pagando yo? ¿por qué no esta la cabra en mi camino?..
Siempre pasaba lo mismo.. ninguna respuesta envolvía el aire.. y cada vez.. mas trabas en el viaje... Lo único que sabía la Sra. Sapo era que estaba cansada de ser viajera sin retorno.
Eternamente sigue esperando ese giro que varíe su destino para poder estar con su cabra..
Un elixir que detuviera el tiempo hasta que sus vidas se fusionaran.


PD: disculpa a esta pequeña Sapo que a veces es victima del fracaso de nuestra unión.

Capítulo 31

Un sapo puede tener una cabeza muy pequeña, lo que nos da que pensar, que su cerebro aun lo es mas.. y seguramente así sea, pero el interior de la mente de la Sra. Sapo es más complejo de lo que aparenta.
Muchas veces pensó, que su falta de interés hacía los números o su poca capacidad por retener nombres de ríos significaba ser tardo, pero el lado izquierdo del cerebro de la Sra. Sapo trazaba su plan apoderándose por completo del juicio de esta.
Cuando era muy pequeña, apenas podía disimular su aburrimiento en las aulas..Ni siquiera le llamaba la decoración del lugar. El recinto era cerrado, escogiendo una húmeda y oscura cueva para dar las clases y evitando así la distracción de los asistentes, con lo bonito que era el estanque.. con la paz que ofrecía el viejo roble... así estaba hecho el mundo y que difícil parecía amoldarse...
Frente al umbral del instituto del saber, prolongaba su entrada la Sra. Sapo. En el camino había encontrado unas crías de jabalí que requerían de su ayuda al haber extraviado a su madre. Eso para ella era la vida, la única razón de su existencia. Si entraba a las clases, aquellos pequeños retoños de jabalí podrían tener un mal final... Aquel día la Sra Sapo no entró a la escuela y fueron muchas sus faltas de asistencia por situaciones parecidas en las que ella creía haber decidido bien, pero el tiempo, las costumbres ajenas y la extraña vida monótona de sus cercanos vecinos y parientes, la cambiaron.. modificando su esencia para convertirla en sierva de la sociedad...
A día de hoy sigue latente en sus venas esa entidad, esas ganas de salir corriendo.. ese anhelo de cambiar la historia..