29.5.13

CAPÍTULO 61

La Sra. Sapicornia ... Aunque parecía que no quería preocuparse por su salud, andaba preguntando a todo aquel que se topaba si sentían frío pues, le rondaba una frase en su visita al doctor Musgo...Una pequeña lagartija que daba sentido a su nombre por la considerable apariencia que tenía con esa planta briofita.
¿Sueles tener siempre frío? preguntaba el especialista diplomado en las montañas del Sud, a la vez que auscultaba la respiración de la Sra. Sapicornia.
Pues normalmente sí... respondió ella, es más, a veces siento no tener sangre en las venas...
Ajam.. dijo de nuevo el doctor Musgo mientras iba examinando todos los recovecos del cuerpo de la Sra. Sapicornia.
Creo saber el motivo de esa arritmia que usted siente.. dijo el Doctor Musgo colocándose bien sus pequeñas gafas... Señorita, ¡usted ha perdido la inspiración!!! Eso es como perder el alma!! volvió a decir abriendo aun mas sus extraños dedos para darle mas creencia a su diagnóstico.
¿Que quiere decir doctor? dijo la Sra Sapicornia extraña por la valoración del médico..
Es muy simple querida, debe usted encontrar la musa.. y se enfiló por unas estanterías alcanzando un libro.
Señalando una pagina comenzó a leer.
Inspiración : acción y resultado de inspirar oxigeno... y en otros planos... impulso o estimulo en las artes. Alzando la vista del libro y mirando a la Sra. Sapicornia continuo hablando... ¿Entiende ya el significado señorita? .. la Sra. Sapicornia intentaba comprender las escuetas frases del doctor y contestó con voz débil..
Estoy algo confusa con su dictamen Doctor Musgo... quizás si usted me guiara un poco mas...
La pequeña lagartija con aspecto de musgo, subió por el lomo de la Sra Sapicornia llegando a situarse en el mismo hocico de esta. Mirándola con aires estudiosos dijo..
Magia señorita, es su obligación hacer tantos trucos como hagan falta, no se olvide que animal es usted, y no es precisamente un topo que digamos... Los Unicornios existen de las leyendas y es imprescindible creer en cuentos o acabara desvaneciéndose.
La Sra. Sapicornia abriendo sus ojos cual caballo desbocado, contestó inquieta.
Y dígame doctor, ¿dónde encuentro a esa que llaman musa?
En sus textos querida, en la fantasía de estos, luego, simplemente hay que aplicarlos en la rutina del día a día.. dijo el Doctor Musgo guiñando un ojo cómplice a la Sra. Sapicornia para que supiera, que él también  leía sus historias.





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