14.5.13

CAPÍTULO 57

Se miraba la Sra Sapicornia al espejo contemplando la rapidez con la que se iba oscureciendo su pelaje. El cuerno de su frente parecía frágil, de aspecto quebradizo. Haber deseado un cambio tenía consecuencias y ya le estaban pasando factura.
Aquella tarde en la que anhelo ser Unicornio, unas hadas le avisaron de las condiciones del trueque, y ella, testaruda sin pensarlo, depositó en una pequeña urna sus ilusiones que desaparecerían, en el momento en que se dejase llevar por lo banal.
Las historias tan poco mágicas en las que seguía interviniendo sin mejora alguna, consiguieron enfurecer al cosmos y este, mandó sus represalias en forma de negrura. Las hadas de nuevo, volaron corriendo para alertar a la Sra. Sapicornia de la decisión tomada por los grandes maestros, pero al verla, frenaron en seco cuando la vieron llorar.
No hace falta que digáis nada... dijo esquivando la mirada de las pequeñas hadas. Es visible el cambio, hasta mis sollozos son negros y lo peor es que me lo merezco.
Las hadas apenadas hablaban de victorias y de esperanzas, pero la Sra. Sapicornia no escuchaba.
No se puede ser un animal mitológico si no miras con fascinación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario