14.5.13

CAPÍTULO 58

Todas las mañanas, la Sra. Sapicornia tenía una dulce sonrisa con la que despertar a sus pequeños dragones. Sus gigantescas alas sobresalían del lecho... Cada día mas grandes... Aunque el corazón de la Sra. Sapicornia latía como un reloj con poca pila, el trato hacía sus crías, se regía por un mecanismo solar inagotable. Con ellos siempre parecía todo tan fácil..
Proyectando posibles buenos pensamientos que detuvieran su obvio deterioro, había que romper con feas costumbres, pero sobre todo, volver a llenarse de maná.
Se puede creer, que simplemente hay que aplicar esa magia a todos los aspectos en los que vivimos, y más, si estas acostumbrado a hacerlo.
Cuando era pequeña, la Sra. Sapicornia como supongo muchos otros, fijaba su vista en objetos que se empeñaba en trasladar con su poderoso cerebro.  Lo mas que conseguía, era una expresión violenta en su rostro enrojecido, por la fuerza que creía debía poner en el empeño.
Nunca movió nada, pero a día de hoy lo sigue haciendo... quizás así se distraiga mi razón...

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