24.2.13

Capítulo 33

Cuando parecía que había pasado el invierno en el helado estanque de la Sra. Sapo, aquella mañana al levantarse, tuvo una grata sorpresa al asomar su cabeza para ver el día, estaba nevando!!
Aunque la ofrenda del hada del tiempo nos obsequiara con aquella blanca nieve inusual en el valle por su cercanía al mar, la jornada de la Sra. Sapo no fue lo que ella esperaba una vez más..
Las bajas temperaturas se llevaron de la cabeza de la Sra. Sapo, toda intención de realizar excursión alguna de placer, y aunque era temprano no tenía pinta de cambiar el tiempo, así que sin expectativas se vistió y salió a buscar comida..
A media tarde las nubes compactas, ya se había alejado dejando salir el sol y aunque no calentaba mucho, ya estaba derritiendo la nieve de las montañas.
La Sra. Sapo andaba quejándose porque no había encontrado alimento que llevar a casa, y además por el camino, había extraviado su mochila haciendo de su salida un revés.
Observando el cielo, la Sra. Sapo no deparó que se hallaba sobre la fina capa que cubría el lago y que esta, tenía una grieta de punta a punta del paso. Un fuerte chirrido se escuchó a la vez que la fisura se agrandaba y sumergía a la Sra. Sapo en sus aguas glaciales.
La cabra que pasaba por ahí ,oyó unos gritos y detuvo su paso mirando a ambos lados sin muchas ganas. Comprobó, que esos lamentos eran de la Sra. Sapo que tenía problemas por abandonar la  fría charca, pero  el corazón de la cabra era gélido como las aguas que atrapaban a la Sra. Sapo ... y se hizo oídos sordos pensando hacia sí, bueno total es un anfibio.. sabrá salir del agua... Y yo no puedo perder mi tiempo, no vaya a llegar tarde a mi cita.. y sin más como hacía siempre, se buscaba la excusa perfecta para que su cerebro no entrara en debate con su moral. 
La Sra Sapo salia congelada del agua cuando se fijó en el plumero del rabo que se esfumaba tras los arbustos. No tuvo duda de que era el trasero rechoncho de la astuta cabra y demonios invadieron su mente...
Llegada ya la noche la Sra. Sapo se sentía cansada y aunque se había dado un baño caliente todavía le costaba nivelar la temperatura del cuerpo. Llevándose la mano al pecho, escuchó su pequeño corazón latir, se oía lento, derrotado. Mientras se peinaba su cabeza sin pelos, se miraba ante su espejo decorado con flores y que le hacían sentirse parte de un cuento cuando le devolvía el reflejo. 
No, no es un cuento de hadas, se decía la Sra Sapo, por mas que yo adorne mi entorno, la realidad es otra..suspiraba.. Es inútil luchar contra la nada, ¿cómo va a ser una bondadosa con tanta hostilidad?!! además, ya no quiere jugar conmigo...mañana será otro día y metiéndose en la cama cerró los ojos sabiendo que no recibiría carta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario