5.7.13

CAPÍTULO 74

Un extraño verano azotaba el valle. Los días no acababan  de ser estables por los continuos vientos, pero la Sra. Sapicornia encontraba esa estación como una eterna primavera. El calor que acostumbra a hacer en el valle solía ser agotador y con el exceso de humedad, costaba caminar. Esa no entrada de las altas temperaturas, hacía obligatoria la necesidad de coger algo de abrigo, pues normalmente solía refrescar cuando el sol se iba.
La Sra. Sapicornia que había topado con un especialista de la vida, aseguraba que la esencia de una autentica y lograda recuperación, consistía en reír.
Con esas palabras parecía todo sencillo, si de algo disponía la Sra. Sapicornia era de humor y aunque a veces también lo perdiera, o lo dejara ausentarse por alguna circunstancia, al acabar el día, siempre se aseguraba unas risas para alejar malos espíritus.
Había pasado algún tiempo ya, y la Sra. Sapicornia ya creía ser lo que era, un Unicornio hembra. Aunque era más sencillo cuando era Sapo pues no se tenía tanta conciencia... de la única manera que estaba aprendiendo algo, era en ese nuevo cuerpo.
Haciendo su estudio certificaba que eran escasas las relaciones verdaderas y si se ponía a contar… le sobraban muchas patas... Gatos con pájaros, ciervos con lobos, eran extrañas las uniones y eran evidentes los fracasos. En esta interminable selva de actitudes y comportamientos, los había con muchos patrones, pero para la Sra. Sapicornia, todos arrastraban una tara.
Cuando hacía sus análisis jamás se sentía mejor que otros, pero tenía un entendimiento de la vida quizás diferente al de muchos, y aunque era difícil de domar, si se estaba interesado, se ganaban su confianza.
Para llegar a ser un Unicornio debes de cambiar de estado, se acaban los rencores, se terminan las iras, se piensa en positivo y se camina erguido contando historias, además, solo pueden fusionarse con animales de la misma especie y jamás bajo ningún concepto, se dejan montar por humanos.
La Sra. Sapicornia aun intentaba distinguir entre los que iban disfrazados, o los que eran de pura raza y dejando una nube de polvo, se alejó al grito de...

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