8.3.13

Capítulo 37

Esa mañana la Sra. Sapo y sus pequeños dragones, salían temprano para acudir a sus necesarias clases.  Por el camino ya notaron que el día era diferente. El sol brillaba y pasearon junto al mar para ver si este andaba en calma...
A la Sra. Sapo le gustaba abrir los orificios de su nariz para así poder inspirar todo el aire posible, sin duda olía a primavera, les dijo a sus cachorros.
Despidiéndose de ellos con un beso para concluir siempre ridiculizándolos gritando os quieroo! se alejaba la Sra. Sapo consciente de que debía terminar con eso pues ellos se hacían mayores...pero a ella le daba igual, siempre serían sus bebés.. por muy grandes que tuvieran las alas de dragón... Una de las cosas que tenía perpleja a la Sra. Sapo era comprobar la similitud que ellos iban adoptando.. casi parecían estar mudando de verdad en dragones.. ¿Podría ser que ellos creyeran serlo con tanta fuerza que lograran transformarse? la magia era algo que aunque la Sra. Sapo nunca la hubiese tocado o apreciado... sabía que existía.
Tenía muchas preguntas en el aire, pero por lo menos hoy, su estado de ánimo era mas calmado pues había decido cambiar con viejas rutinas que le hacían padecer.
Hacía su maleta dispuesta a bajar a la playa. Visualizaba un entorno tranquilo y amigable donde encontrar cobijo y un momento de paz.
Apenas había puesto sus diminutos pies en la arena, un fuerte viento se levantó haciendo que la arena sacudiera su cara a modo de bofetada.
Uff.. menudo recibimiento.. pensó.. pero siguió caminando sin olvidar el propósito.
No pasó mucho tiempo para darse cuenta que el día de playa se había terminado...
La Sra. Sapo era algo supersticiosa.. y cuando ya tenia los dedos sobre la libreta.. el viento.. dejó de soplar... estaba claro que había que hacer caso de las señales...
Ella no quería quedarse sola, y fueron varios los intentos en que se asomaba cuando veía que los arboles no se movían, pero era ponerse en pie, y volver a cerrarse el día...
Escribía en sus lineas preguntas..conocedora de las respuestas, pero le dolía admitirlo..  Una idea le vino en mente al pensar, en sus pequeños renacuajos en plena mutación a dragón.. Como se le había podido escapar ese detalle.. El adn de un Sapo no es el mismo que el de un unicornio.. por ejemplo, pero... ¿si yo creyera ser uno? tal vez sólo así, pudiera entender los diferentes lenguajes de las distintas especies... cerró su cuaderno con quietud sintiendo que enterraba su hacha de guerra y con ese simple gesto el viento dejó de aullar.

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