10.3.13

Capítulo 38

Hacía mucho tiempo que la Sra. Sapo no reía como aquella noche. Sin duda una de las mejores medicinas para la tristeza es la risa y con buena compañía las posibilidades apuntaban alto.
Aunque la Sra. Sapo no tenía muchas ganas de ambiente, compuso su cara y se intentó acicalar sin pensar en su dolido corazón.
Una música extraña sonaba cuando se apagaron las luces... El lugar donde se hallaban era de lo mas curioso. Habían toda clase de singulares animales y cada vez, llegaban más. El espacio, iba quedándose pequeño por momentos y todos traían su objetivo claro, localizar el sitio donde poder disfrutar con buenas vistas del espectáculo.
Una cigala, untaba sus largas patas en pintura, construyendo auténticos paisajes en el agua del estanque.. Este, iluminado para la ocasión a conciencia, proyectaba las formas en el reflejo de la laguna mientras un Gato de campo, tocaba una melodía atrayente que encandilaba a los espectadores como si de un encantador de serpientes se tratase..

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