11.6.13

CAPÍTULO 67

Amoldándose una vez más al cambio de costumbres, volvía a organizarse el día alejando la ira que parecía haber hecho raíces fuertes costosas de alejar.
La Sra. Sapicornia se había dejado ver por la playa últimamente pues sin duda, era donde recargaba baterías. Recordando las historias que contaban las patrullas que descansaban en el valle, ganaba valentía, pues aquellos relatos convertían sus penurias en minucias. El planeta tierra giraba a tanta velocidad que eran muchos los que abandonaban el camino mareados por sus vueltas inapreciables para otros.
Cuando llegó aquella noche a su humilde morada, cogió su libreta escondida y la abrió al azar a ver que encontraba.... Obviamente siempre escribía cuando se encontraba triste y era demasiado constante el sentimiento de aflicción que le hacía unir esos versos tan lentos...
Podría ser cosa de su personalidad y carácter pero ella encontraba fascinante ser la inspiración de alguien... Le costaba entender que hubiese seres que no se sintieran alagados por dichos textos simplemente por servir de musa a sus manos... Aunque estos fueran amargos en su mayoría...peores eran los ecos que se escuchaban de las voces de ultratumba que con letra en sus lápidas, recordaban los nombres de los que un día existieron… había que ser muy necio si se hablaba juzgando, pues de todos era sabido la tendencia de la Sra. Sapicornia a dramatizar las cosas, corría por sus venas sangre del noble Shakespeare.

Las descripciones que daba eran ciertas y así las sentía ella cuando las plasmaba. ¿A cuántos funerales de no muertos asistió en todo aquel tiempo? eran incontables... llevaba tiempo que lo decía, llegaba el momento de hacerlo. Y no volvería a escribir de esa cabra que ya no sabía hacer magia con trucos de ilusión.




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