26.12.12

Capítulo 30

El viento soplaba cruel y aunque el Sr. León Rigodón era de climas calientes, hacía ver que podía resistir el frío glacial... De todos era sabido en el lugar, de todos los que realmente le conocían en profundidad, que aunque le ofrecieras una bonita manta de abrigo, no la aceptaría por orgullo.
Sacudía su bigote cubierto por escarcha, mientras ocultaba la humedad caladondo en su peludo cuerpo. La mayoría de los animales ni suponían que con tanto pelaje pudiera sentir frío y eso en parte culpa la tenía él, pues andaba siempre alardeando y fantaseando tener semejanza a un dios.
Una de las afinidades que unían este gran animal con la pequeña Sra. Sapo eran el juego, pues a pesar de aparentar ser un León gruñón, la Sra. Sapo sabía que tenía poco de feroz.
El Sr. León Rigodón era de amaneceres difíciles. Cuando madrugaba alborotado y protestón, la Sra. Sapo esquivaba sus palabras como dardos y se volvía por donde había venido, pero si por el contrario apuntaba simpatía, daban ganas de ponerle un lazo azul, pintarle las uñas y cardarle el pelo para ponerlo bonito.
Una de las cosas que compensaban la balanza de amistad de estos dos seres, era la paciencia. La Sra. Sapo siempre reconoció el gran temple que tuvo el Sr. León en momentos difíciles y por esas cosas y por muchas mas, seguirá aguantando los gruñidos de su despiadado amigo que cada vez, ruge menos :)

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