17.5.12

Capítulo 15

La raíz de un árbol agarra con fuerza la tierra asegurándose un paso seguro a lo largo de su vida. Sólo los hechos de plástico por humanos (en real similitud a los verdaderos llegando a veces a confundir) son los que no morirán al ser trasplantados pues carecen de vida. La naturaleza sabía, no creyó conveniente dotar de pies a sus arboles para que fueran de un sitio a otro, pues el vinculo que pretendía concebir entre la tierra y sus raíces sería eterno, dando paso a corrientes de energía invisibles a la vista pero que fluyen fuertes y constantes para después, trasformarse en ese oxigeno indispensable y que nos permite respirar.
Puede que así diseñara también a muchos de los seres vivos .. en particular a la Sra. Sapo animal distinguido entre los cuentos de hadas y de los que ella creía formar parte.  Aunque continuaba con su ajetreada vida de breves espacios de tiempo, seguía pensando en su alma gemela y en lo poco que sabían los demás del amor.
Una hoja al caer le susurró.. creo que tu te enamoraste de un abeto de plástico...

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